Homo Gullibi - vivió en un pasado reciente, una época notable por su creciente incapacidad para ver su yo codicioso. Lo que podían ver de sí mismos, se describía en términos de cómo el colectivo veía al individuo, lo que ayudaba a mantener los pensamientos del individuo en sintonía con el colectivo. Lo que podían entender, se describía y se difundía por colectivos más pequeños con el fin de mantener una sensación de calma para el individuo. Lo que podían sentir, era que el colectivo codicioso estaba actuando de una manera que destruiría a cada individuo, pero eso estaba bien, porque sólo el colectivo es capaz de cambiar. Una de las características distintivas de la época fue el establecimiento del aparato corpus (también conocido como la corporación), que se estableció como un aparato para despojar al Homo Gullibi de la responsabilidad hacia sus semejantes, y para disfrazar la codicia como un nuevo valor llamado riqueza. Al desarrollar el aparato corpus, algunos individuos pudieron actuar como si fueran el colectivo, y por lo tanto pudieron promulgar el cambio. Podían cambiar creencias arraigadas, podían cambiar leyes y podían controlar a los líderes de los colectivos. Con el tiempo, el Homo Gullibi fue llevado a creer que sus derechos y libertades individuales eran los valores más importantes que debían defender y que el aparato corporal era el guardián último de dichos valores. Finalmente, el aparato corporal asumió el control del Homo Gullibi, lo que significaba que solo los valores esenciales para crear riqueza eran aceptables. El Homo Gullibi finalmente despertó y encontró que el aparato corporal estaba chupando la carne de sus huesos.